En Nueva York, símbolo y referencia para muchos, donde en estos días se conmemoran acontecimientos trágicos pasados, también suceden avances en las libertades, en este caso, las libertades sexuales.
Nueva York ha dado un paso de gigante en el largo y difícil camino hacia el pleno reconocimiento de los derechos de los homosexuales al legalizar el matrimonio entre parejas del mismo sexo, convirtiéndose así en el sexto estado de Estados Unidos que lo logra.
Aunque las uniones de hecho ya son legales como en otros estados o ciudades, este avance legal, dada la gran población de Nueva York y su importancia política, significa una referencia a seguir para otros y el hecho que se duplique demográficamente en Estados Unidos la población que puede tener acceso a un matrimonio heterosexual u homosexual.
Una buena noticia que se complementa con la obligatoriedad en este curso escolar de incluir la educación sexual tanto en los niveles de primaria como en educación secundaria para facilitar el acceso a la información y formación necesarias a la población adolescente en esta área y hacer posible esa educación integral y en libertad que tanto se echa en falta en estos días.
Es el contrapunto positivo y un paso adelante en la construcción de una sociedad más igualitaria y libre. Y demuestra que se puede avanzar e invertir, incluso en épocas de crisis, en políticas de igualdad que darán también sus frutos en forma de ciudadanos y ciudadanas más felices.
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