¡¡¡¡NOS HEMOS EMBARAZADO !!!!
Sin pretender quitar el
protagonismo biológico a la mujer que, obviamente, es quien gesta dentro de su
cuerpo una nueva vida, cada vez escucho más está expresión en parejas donde los hombres asumen la paternidad desde
el mismo momento en que se convirtió en un deseo compartido con la pareja.
Buscar el embarazo como un acto
de amor, aparte del deseo sexual que conlleva esta práctica reproductora, embarazarnos junto con la mujer que
será madre, compartir los meses de gestación con actitud comprensiva y de
apoyo, estar presentes en el momento mágico del parto donde damos la bienvenida
a una nueva criaturita al mundo de los humanos y…
…y, desde ese momento
compartir todo lo que implica tener y criar un hijo o una hija. Asumir la crianza como una opción
libremente elegida con todo lo que conlleva de alegrías y sufrimientos, de
incomodidades y trabajos varios, chupetes, pañales, biberones, visitas al/a a
la pediatra, enfermedades y necesidades, noches en vela, dosis de paciencia
infinitas, aprendizaje de nuevos hábitos y, sobre todo, un intercambio amoroso
y la evolución de la pareja al número
mágico “3” .
Los hombres que podemos estar en
la cuarentena (de años), seguramente hemos vivido en nuestras familias los roles
tradicionales donde los padres eran el sustento material y poco más. Padres ausentes con largas jornadas
laborales que no aparecían más que por la noche o los fines de semana, muchas
veces cansados y sin tiempo, ocasión o habilidad para atender a los hijos e
hijas. Padres que no tuvieron la
oportunidad de compartir el momento del parto pues eran “cosas de mujeres” , padres que no
tuvieron el tiempo o la ocasión de revisar los deberes del colegio, padres que
no estaban educados en asumir como propias las labores cotidianas de la crianza
y que por esa causa se la perdieron. SE LA PERDIERON.
La nueva paternidad a la que los hombres podemos acceder en el
S.XXI sólo requiere un poco de conciencia y de sentido común. Abandonar la
supuesta comodidad del rol tradicional masculino donde fácilmente se puede uno
esconder o justificar y aceptar el reto de ser
un HOMBRE COMPLETO, o más completo como persona, desarrollando esta faceta
de nuestro ser como individuos en complicidad con la pareja.
Seguramente no nos sentiremos preparados en muchísimos aspectos pues como decía
el sabio “los niños o las niñas no vienen
con un libro de instrucciones bajo el brazo”. Reconocerlo, pedir ayuda y
espabilar.
Os puedo asegurar que se trata de
una aventura que merece la pena.
¡¡¡¡FELIZ DIA DEL PADRE 2013.!!!!
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