Cuatro de cada diez mujeres cántabras fingen en sus relaciones de pareja, según un estudio de la empresa 'La Maleta Roja', especialista en salud sexual, en el que se resalta la "importancia de mejorar la comunicación y la confianza para aprender a disfrutar de la sexualidad".
En la línea de este sorprendente titular quizás sea saludable también revisar el modelo de sexualidad excesivamente "falocrático" heredado de una cultura bastante machista también en la cama y que está generando un enorme conflicto en la sexualidad inter-géneros.
Por lo general, la sexualidad satisfactoria masculina pasa por un proceso de excitación que culmina en la experiencia del orgasmo, acompañado de la eyaculación. Este modelo de sexualidad, excesivamente centrado en los órganos genitales, desprecia la capacidad de placer derivada de otras prácticas eróticas que tienen que ver más con el cuerpo en su totalidad, con el disfrute de los sentidos, con las caricias, masajes, abrazos y besos....eso que se ha venido denominando de forma un tanto despectiva "preliminares" y que tantas mujeres reivindican también para gozar de una sexualidad realmente satisfactoria.
Y resulta que, por diversas circunstancias, entre ellas que la sexualidad de las mujeres no incluye la eyaculación como una forma de descarga natural, sumado quizás a un descubrimiento erótico más corporal e integral, suele generar confusión e incomprensión en el encuentro sexual entre mujeres y hombres.
Más mujeres confiesan no necesitar siempre un orgasmo para quedar sexualmente satisfechas y esto es algo que muy pocos hombres alcanzan a comprender y aceptar. Sienten, de forma equivocada, que no son capaces de dar placer a su pareja y ya se han creado un problema ellos solos.
La falta de comunicación, en este caso la falta de atención y de escucha sincera por parte de los hombres a las mujeres lleva a ambos a un callejón sin salida: o ellas se someten a las formas eróticas masculinas con lo que pierden capacidad de placer y se niegan a sí mismas; o bien fingen para que las dejen tranquilas con lo cual se ha roto la comunicación sexual. Y se acabó el placer para entrar en frustración y conflicto.
O bien se embarcan en la emulación de este modelo falocrático frustrandose ellas mismas y creando disfunción.
El orgasmo es una parte de la sexualidad humana y, aunque más hombres lo consideren un ingrediente imprescindible de su propio placer, deberían reconocer la diversidad y, seguramente, aprender de la eróticas femeninas para lograr compartir el placer.
Y disfrutar sexualmente juntos en vez de obsesionarse por alcanzar o hacer alcanzar metas u objetivos pues, si hablamos de erótica, no deberían de existir ninguna obligación sino opciones de aprender, compartir, descubrir y pasarlo bien.
www.informacionsexual.com
Por lo general, la sexualidad satisfactoria masculina pasa por un proceso de excitación que culmina en la experiencia del orgasmo, acompañado de la eyaculación. Este modelo de sexualidad, excesivamente centrado en los órganos genitales, desprecia la capacidad de placer derivada de otras prácticas eróticas que tienen que ver más con el cuerpo en su totalidad, con el disfrute de los sentidos, con las caricias, masajes, abrazos y besos....eso que se ha venido denominando de forma un tanto despectiva "preliminares" y que tantas mujeres reivindican también para gozar de una sexualidad realmente satisfactoria.
Y resulta que, por diversas circunstancias, entre ellas que la sexualidad de las mujeres no incluye la eyaculación como una forma de descarga natural, sumado quizás a un descubrimiento erótico más corporal e integral, suele generar confusión e incomprensión en el encuentro sexual entre mujeres y hombres.
Más mujeres confiesan no necesitar siempre un orgasmo para quedar sexualmente satisfechas y esto es algo que muy pocos hombres alcanzan a comprender y aceptar. Sienten, de forma equivocada, que no son capaces de dar placer a su pareja y ya se han creado un problema ellos solos.
La falta de comunicación, en este caso la falta de atención y de escucha sincera por parte de los hombres a las mujeres lleva a ambos a un callejón sin salida: o ellas se someten a las formas eróticas masculinas con lo que pierden capacidad de placer y se niegan a sí mismas; o bien fingen para que las dejen tranquilas con lo cual se ha roto la comunicación sexual. Y se acabó el placer para entrar en frustración y conflicto.
O bien se embarcan en la emulación de este modelo falocrático frustrandose ellas mismas y creando disfunción.
El orgasmo es una parte de la sexualidad humana y, aunque más hombres lo consideren un ingrediente imprescindible de su propio placer, deberían reconocer la diversidad y, seguramente, aprender de la eróticas femeninas para lograr compartir el placer.
Y disfrutar sexualmente juntos en vez de obsesionarse por alcanzar o hacer alcanzar metas u objetivos pues, si hablamos de erótica, no deberían de existir ninguna obligación sino opciones de aprender, compartir, descubrir y pasarlo bien.
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Me sirvió mucho su articulo, es exactamente como me siento, mi pareja no entiende que puedo tener sexo completamente satisfactorio si llegar al orgasmo, se ha obsesionado con eso que para mi se ha vuelto una obligación y no placer.
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