VICTORIA DEPORTIVA, VICTORIA MORAL
ó LA JUNGLA Y EL JARDÍN
Vaya por delante que no me gusta especialmente el fútbol. Lo que sí me gusta es el juego limpio y el trabajo en equipo, algo por lo que siempre he optado tanto en lo personal como en lo profesional y en lo social. Y eso me hizo disfrutar mucho el pasado domingo pues lo pude ver en directo en un campo de cesped. Y comprobar que puede triunfar sobre el individualismo y la violencia premeditada.
Ha resultado difícil para mi abstraerme y quedarme al margen de este fenómeno social que han sido los mundiales de fútbol y que, gracias a los resultados de nuestra selección ha ido cogiendo fuerza y atención progresivamente.
Sobrecogedor me ha resultado salir de mi consulta cerca de las diez de la noche y no ver a una sola persona en la calle pues se estaba jugando un partido en Sudáfrica. Estamos, efectivamente, en una aldea global.
Aparte de los tópicos típicos acerca de este deporte, me permito aportar una reflexión sobre lo que ví y sentí en el partido de la final donde, pertrechado con las palomitas correspondientes (sorry!) me disponía a ver un espectáculo de buen deporte.
O eso esperaba yo.
De repente me dí cuenta que se estaba celebrando un combate entre dos maneras de entender el deporte, la vida y las estrategias para lograr el éxito.
Por una parte ví buen juego, ganas de luchar y competir desde el respeto y el ¡Que gane el mejor!. Por la otra parte ví MIEDO, complejo de inferioridad mal ocultado y una reacción premeditada de GANAR A TODA COSTA incluso con juego sucio y brutal, derribando al contrario y utilizando para ello la VIOLENCIA.
Me quedé de piedra e indignado por el hecho de que una final de fútbol (santo deporte) seguido por millones y millones de personas en todo el mundo, mayores y JÓVENES, se estuviera decidiendo en un campo de césped la batalla de todos los días entre personas que creen en los valores de la cooperación y en trabajo en equipo, del trabajo bien hecho, del respeto al contrario, el juego limpio....
...contra un equipo donde primaba el individualismo de dos "estrellas" y donde las agresiones, el juego sucio y el ganar a "cualquier precio" primaban como estrategia para derribar y hacer daño al contrario.
Me recordó a una mujer que, hace bien poco, decía en voz bien alta..."Pues a mis hijos los voy a educar a que aprendan que en esta sociedad hay que agredir y "dar" el primero para lograr tus objetivos, y pisar a los demás para subir tú y no confiar en nadie pues eso es de tontos. Gana el más fuerte y el más violento y esos son los valores que priman ahí fuera...en la JUNGLA en la que vivimos"
No debemos olvidar que "ahí fuera" hay de todo. Poca educación y mucha gente que cree en la violencia como un valor de derribo. Por eso me gustó, aparte de que ganara la selección española (uno tiene su corazoncito), que triunfara el juego limpio, el trabajo en equipo y la contención frente a la agresión.
Porque pienso que, aunque parezca que vivimos en una JUNGLA, somos muchas las personas que intentamos construir nuestras vidas y el quehacer de cada día intentando construir cada día un JARDÍN que necesita muchos cuidados diarios y aportar un esfuerzo contínuo en su creación y en su mantenimiento. Cómo cuesta construir y aportar y qué facíl resulta derribar y destruir.
En esta ocasión ganó el juego limpio y se impuso una hermosa visión del JARDÍN frente a la JUNGLA.
Estoy contigo, tanto en lo de pasar del futbol como en lo que opinas sobre el trabajo en equipo versus el salvajismo de aplicar lo de "El fin Justifica los medios.
ResponderEliminarLo que ya no estoy tan de acuerdo es en la comparacion del Jardin con la jungla, en este ultimo, aunque esta claro que el fuerte se come al debil, solo lo hace cuando hay hambre, Entre los seres humanos, esto ha adquirido niveles obscenos, de comerse al pequeño por solo placer, para tener mas de lo que realmente precisamos, creo que el hombre si se ha creado muchas selvas mucho mas peligrosas que las selvas que nos ha proporcionado la naturaleza.