MEJOR TARDE QUE NUNCA o
LA REVOLUCIÓN SILENCIOSA DE LOS HOMBRES
Perdonen que llegue tarde a la reunión pero es que he tenido que dejar a mi hijo en el colegio y con el tráfico que hay en Granada llevo cerca de dos horas metido en el coche... no, no es que no madrugue pues me levanto a las 6:30 de la mañana porque tengo que despertar a mi hijo (ya saben lo que es despertar a un niño pequeño... con un poco de cariño a esas horas pues en ocasiones se me rompe el alma de tener que levantarlo tan temprano), prepararle el bocata para el recreo, desayunar juntos y comenzar el día en la carretera.
Perdonen que llegue tarde, anoche tras poner la lavadora, dar de cenar y compartir un ratito con mi familia, tuve que preparar este informe quitándome horas de sueño... bueno, no importa, pues el trabajo es importante y hay que esforzarse... Claro, la verdad es que resultó difícil no poder publicar mi libro, ese que tanta ilusión me hacía, digamos unos cinco años antes, cuando realmente me hubiera ayudado profesionalmente. Pero es que todo no se puede. También tuve que dejar el doctorado a medias porque precisamente en esos años nació mi hijo y tuve que decidir entre mi familia o el trabajo...
Bueno, realmente no tuve que decidir nada porque tenía claras las prioridades. Y no me arrepiento.
Ahora que lo pienso, parte de mi estréss laboral, esa sensación de "no llegar" en ocasiones, poquito de mala conciencia por no estar disponible para las personas que atiendo en mi consulta, no poder leer lo suficiente y actualizarme convenientemente... Ya saben lo exigente que resulta un trabajo bien hecho y en eso no me permito medias tintas.
Pues lo que les decía, esta carrera que es mi día a día tiene mucho que ver con una decisión básica que, creo firmemente, toda persona, hombre o mujer, tiene que tomar alguna vez en su vida. Esta decisión responde a una pregunta muy sencilla que, dependiendo de la respuesta, va a hacer que uno se convierta en una u otra cosa bien diferente...
Y la pregunta es: ¿Qué es lo más importante en mi vida? ¿El trabajo y el éxito profesional? ¿Mi familia, relación de pareja y criar a mis hijos? ¿Lo profesional o lo personal?
No se engañen, algún día tendrán que responder a esta cuestión si no lo han hecho ya. Yo pretendía con esta carta de disculpa, perdonen, evidenciar esta simple cuestión que, me temo, no suele ser evidente para muchos hombres.
Por esto mismo les ruego me disculpen que llegue tarde a esta reunión, ya saben "Mejor tarde que nunca". Los hombres, porque no quiero creer que esto sólo me pase a mí, estamos cambiando lentamente, demasiado lentamente para desesperación de muchas mujeres y también de muchos hombres que desearíamos que esto sucediera más rápidamente.
Y como el cambio se está dando precisamente en el ámbito de lo privado que es donde tenemos nuestras "asignaturas pendientes", resulta que parece invisible. Es lo que me gusta llamar la Revolución Silenciosa de los Hombres, pues no necesitamos manifestarnos en la calle sino asumir aspectos de la vida vedados hasta este momento como son el cuidado y crianza de los hijos e hijas, las tareas de la casa que tanto se nos han atravesado, la expresión de nuestros sentimientos y el aprendizaje de la comunicación afectiva...
Perdonen ustedes que lleguemos tarde pero así es la vida, no se puede con todo a la vez.
Fernando Villadangos.
Psicólogo Clínico – Sexólogo
HOMBRES SOLIDARIOS DE GRANADA
LA REVOLUCIÓN SILENCIOSA DE LOS HOMBRES
Perdonen que llegue tarde a la reunión pero es que he tenido que dejar a mi hijo en el colegio y con el tráfico que hay en Granada llevo cerca de dos horas metido en el coche... no, no es que no madrugue pues me levanto a las 6:30 de la mañana porque tengo que despertar a mi hijo (ya saben lo que es despertar a un niño pequeño... con un poco de cariño a esas horas pues en ocasiones se me rompe el alma de tener que levantarlo tan temprano), prepararle el bocata para el recreo, desayunar juntos y comenzar el día en la carretera.
Perdonen que llegue tarde, anoche tras poner la lavadora, dar de cenar y compartir un ratito con mi familia, tuve que preparar este informe quitándome horas de sueño... bueno, no importa, pues el trabajo es importante y hay que esforzarse... Claro, la verdad es que resultó difícil no poder publicar mi libro, ese que tanta ilusión me hacía, digamos unos cinco años antes, cuando realmente me hubiera ayudado profesionalmente. Pero es que todo no se puede. También tuve que dejar el doctorado a medias porque precisamente en esos años nació mi hijo y tuve que decidir entre mi familia o el trabajo...
Bueno, realmente no tuve que decidir nada porque tenía claras las prioridades. Y no me arrepiento.
Ahora que lo pienso, parte de mi estréss laboral, esa sensación de "no llegar" en ocasiones, poquito de mala conciencia por no estar disponible para las personas que atiendo en mi consulta, no poder leer lo suficiente y actualizarme convenientemente... Ya saben lo exigente que resulta un trabajo bien hecho y en eso no me permito medias tintas.
Pues lo que les decía, esta carrera que es mi día a día tiene mucho que ver con una decisión básica que, creo firmemente, toda persona, hombre o mujer, tiene que tomar alguna vez en su vida. Esta decisión responde a una pregunta muy sencilla que, dependiendo de la respuesta, va a hacer que uno se convierta en una u otra cosa bien diferente...
Y la pregunta es: ¿Qué es lo más importante en mi vida? ¿El trabajo y el éxito profesional? ¿Mi familia, relación de pareja y criar a mis hijos? ¿Lo profesional o lo personal?
No se engañen, algún día tendrán que responder a esta cuestión si no lo han hecho ya. Yo pretendía con esta carta de disculpa, perdonen, evidenciar esta simple cuestión que, me temo, no suele ser evidente para muchos hombres.
Por esto mismo les ruego me disculpen que llegue tarde a esta reunión, ya saben "Mejor tarde que nunca". Los hombres, porque no quiero creer que esto sólo me pase a mí, estamos cambiando lentamente, demasiado lentamente para desesperación de muchas mujeres y también de muchos hombres que desearíamos que esto sucediera más rápidamente.
Y como el cambio se está dando precisamente en el ámbito de lo privado que es donde tenemos nuestras "asignaturas pendientes", resulta que parece invisible. Es lo que me gusta llamar la Revolución Silenciosa de los Hombres, pues no necesitamos manifestarnos en la calle sino asumir aspectos de la vida vedados hasta este momento como son el cuidado y crianza de los hijos e hijas, las tareas de la casa que tanto se nos han atravesado, la expresión de nuestros sentimientos y el aprendizaje de la comunicación afectiva...
Perdonen ustedes que lleguemos tarde pero así es la vida, no se puede con todo a la vez.
Fernando Villadangos.
Psicólogo Clínico – Sexólogo
HOMBRES SOLIDARIOS DE GRANADA
Muy importante que también los hombres se planteen de una manera seria y profunda las prioridades y valores que mueven sus vidas.
ResponderEliminarY que comiencen a dar importancia al AREA PRIVADA y PERSONAL como eje fundamental que aporte sentido e ilusión a luchar cada dia. Seguro que de esta manera nos llevaremos mejor mujeres y hombres y construiremos una sociedad un poco más humana.
Animos en este sentido porque aunque hay que equilibrar lo público y lo profesional con lo más privado y personal para sentirse mejor.
En esta época de crisis puede ser buena idea revalorizar las cosas que TIENEN VALOR sobre las que TIENEN PRECIO.
Un saludo y ánimo con el BLOG.
Me ha parecido una reflexión interesante y necesaria. Me alegro e identifico con lo planteado y espero cada vez más hombres se unan a la causa.
ResponderEliminarEquilibrar lo público y lo personal, lo laboral y lo doméstico, la razón y la emoción... todo ello son tremendos retos que hombres y mujeres, efectivamente, tenemos que asumir hoy día si queremos encontrar una paz interior y una satisfacción personal mínimas en nuestras vidas.
ResponderEliminarComo mujer, animo a hombres y mujeres a considerar esta interesante reflexión desde un punto de vista productivo y positivo, ya que creo firmemente en la complementariedad entre la mujer y el hombre a la hora de luchar y afrontar los grandes retos de la vida. (Ya sabemos que ambos tenemos nuestros puntos flacos y fuertes, por lo que, lo ideal, es que la pareja sea consciente de ellos y ambas partes sean receptivas a la hora de aprender de las "virtudes" de la otra persona).
Por otra parte, me parece muy acertada la observación de Carmen al plantear la diferencia entre "cosas que tienen valor" y "cosas que tienen precio". Ahora más que nunca convendría reflexionar a fondo sobre ello...