Hoy tenemos en nuestro Blog de Sexología a Ana Belén Romero Fernández, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, Sexología Clínica y Terapia de Pareja.
Le hemos pedido que haga el esfuerzo de proponer 10 consejos para toda mujer que quiera aceptar y disfrutar mejor de su sexualidad.
INTIMIDAD FEMENINA, MUCHO QUE APRENDER:
En los últimos 40 años diversos estudios han demostrado que las mujeres sufren más disfunciones sexuales que los hombres. Por lo general se establece una prevalencia de problemas sexuales en parejas, de un 40% para los varones y un 60% para las mujeres.
Palabras como vaginismo (constricción involuntaria de los músculos de los genitales femeninos al intentar el coito) o dispareunia (dolor genital recurrente asociado con la relación sexual), anorgasmia... siguen siendo extrañas para muchas mujeres.
La falta de conocimiento sobre este tipo de temas facilita que se produzcan estos trastornos y que no se traten. Muchos de ellos pueden tener causa psicológica o estar enraizados en una mala educación y pueden haberse originado, incluso, durante las primeras relaciones sexuales.
DESCONOCIMIENTO DEL PROPIO CUERPO
¿Por qué la población femenina continúa escondiendo este tipo de disfunciones cuando se ha establecido que la salud sexual es parte integral de la vida humana?
A modo de ejemplo, existe una escena de la serie de televisión norteamericana "Orange is the new black", que ilustra la razón de esta dificultad. En medio de una conversación, una de las carcelarias se percata de lo poco que conoce sus genitales. No sabe cuál es su verdadera apariencia, ni cómo funcionan, lo que la lleva a indagar sus partes íntimas con la ayuda de un espejo.
Muchas mujeres desconocen su propio cuerpo y sus genitales, en concreto la función del clítoris. La concepción de la masturbación femenina todavía es un completo tabú en nuestra sociedad y debe desmitificarse. Todavía no se habla con naturalidad de ello y para muchísimas mujeres permanece en el terreno del tabú.
¿Qué pasa, entonces, con las jóvenes que nunca han tenido relaciones sexuales por miedo o desinformación? ¿O con aquellas que todavía no tienen una adecuada educación sexual y, además, tienden a relacionar esta práctica con el sentimiento de culpabilidad?
Estos problemas suelen deberse a factores como el miedo a la intimidad, unido al temor de rechazo por parte de la pareja, a una inadecuada educación y a la asociación del sexo con la inmoralidad o con el sentimiento de culpa, así como al papel de las mujeres en las relaciones sexuales, en donde prevalece la idea de satisfacer al hombre y mostrarse pasivas.
A continuación propongo diez consejos encaminados a mejorar la sexualidad, mediante el autoerotismo.
♦ Normalizar el concepto de masturbación para desmitificar y eliminar culpas o vergüenzas. Para esto puede consultar con un especialista en Sexología.
♦ Favorecer un espacio de la propia intimidad. Se aconseja dedicarse un tiempo a solas, sin prisas o preocupaciones.
♦ Conocer la anatomía genital y sus funciones. Esto, mediante una autoexploracion que le permita visualizar los genitales. Para esto puede utilizar un espejo.
♦ Autoestimularse sexualmente, con el objetivo de obtener placer y conseguir un orgasmo. Se puede seguir los pasos descritos en el libro "Técnica de entrenamiento en masturbación" de Lobitz y LoPicolo, pero siempre guiada por un especialista en Sexología, que atiende al aspecto psicológico y emocional de la disfunción y que adapte los tiempos y los ejercicios a las características físicas y las necesidades psicológicas de cada mujer.
♦ Estimular las fantasías sexuales a través de películas y lecturas erótica.
♦ Utilizar juguetes adecuados y lubricantes, obtenidos en tiendas especializadas y con los que se sienta cómoda.
♦ Hacer partícipe a la pareja, dejando ver como la mujer se masturba, así se fomenta la fantasía sexual, la autoconfianza en sí mismo, y la complicidad.
♦ Desear desearse. Dejarse quererse por sí misma y disfrutar con ello, haciendo conscientes las sensaciones placenteras que se obtienen con el orgasmo en las prácticas masturbatorias,
con el fin de incorporarlas plenamente.
♦ Ceder a la curiosidad y ampliar las experiencias placenteras, para nuevas formas de estimulación, sin vergüenza.
♦ Autovalorar el cuerpo como lo más precioso y
preciado que se tiene.