Hoy tengo el placer de presentaros a mi compañero Pedro Villegas, médico y sexólogo que lleva muchos años trabajando por la salud sexual y reproductiva de las mujeres y las parejas.
Le he pedido que nos hable, como siempre en su estilo sencillo y directo, sobre un problema que aqueja a muchas mujeres y que causa mucha confusión por la falta de información: el Vaginismo.
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El Vaginismo o cuando la
penetraciónes casi imposible o imposible del todo
Artículo escrito por Pedro Villegas Suárez.
Dtor. de la Unidad de Salud Sexual de Ginemed clínicas y de Nisa
Aljarafe, Sevilla.
Un alto porcentaje de la
población femenina no consigue nunca o casi nunca la penetración durante sus
relaciones. Resulta difícil imaginar, cuando a ti te pasa algo así, que no seas
un “bichito” raro, que esto que te sucede le pueda suceder a más personas. Y no
es un trastorno raro, en el sitio dónde trabajo, Ginemed clínicas, hay
bastantes ginecólogos/as y me comentan como casi todos los días ven algún caso,
algunos me los derivan y otros no pues a la mujer le da vergüenza decir que lo
padece. Es algo que aún me sorprende, ¡¡por qué sufrir por motivos de
vergüenzas!!
Entre los últimos casos que he
tratado, una joven de 34 años que lleva 10 años de vida sexual y sin
conseguirlo, resultado, actualmente la pareja y ella tienen un muy bajo deseo
sexual. Uno anterior, 22 años de matrimonio y con el vaginismo entre ambos,
cuando se separan ella encuentra una nueva pareja y decide tratarse.
Afortunadamente la mayoría acude algo más pronto, pero siempre un poco tarde.
Si tal y como se percibe la situación nos decidiéramos a resolver ¡cuántos
problemas nos evitaríamos y que fácil resultaría el tratamiento!
En el momento de escribir este
artículo tengo 6 casos en tratamientos, lo que da una idea de la alta
incidencia de esta disfunción.
Muchas de estas mujeres viven
bien esta situación y solo se plantean
tratarla cuando deciden tener un hijo/a,
hasta ese momento han conseguido una armonía en sus relaciones sexuales que, en
mi experiencia como Sexólogo, superan a la media tradicional que si consiguen
la penetración. Esto se explica porque al no centrarse la pareja en intentar o
jugar a esa penetración desarrollan otras prácticas tan divertidas o más que la
propia penetración y viven una sexualidad bastante desinhibida y divertida.
Otras parejas en cambio lo viven
muy mal, bien porque su moral o conocimientos solo les permite un “poco de
precalentamiento” y paso a la penetración de forma casi exclusiva o más
habitual aún porque no se consideran “normales”.Cuando una mayoría de la población hace uso
de la penetración cuando quiere, quién no lo consigue se autodefine como “rara”, “enferma”, “disfuncional”.
Consideran que son “estrechas”, de “vaginas infantiles”, o con un himen “infranqueable”, o en algunos casos “culpables de algo” ….En realidad, nada de eso es cierto, si acaso sí lo de disfuncional, pues en sexología le llamamos disfunciones a todas las alteraciones de la función sexual, pero saliendo de ahí nada es cierto.
Consideran que son “estrechas”, de “vaginas infantiles”, o con un himen “infranqueable”, o en algunos casos “culpables de algo” ….En realidad, nada de eso es cierto, si acaso sí lo de disfuncional, pues en sexología le llamamos disfunciones a todas las alteraciones de la función sexual, pero saliendo de ahí nada es cierto.
Hoy día, con el Gran Educador que
es la pornografía, muchas chicas sienten que no le ofrecen a sus parejas todo
lo que ellos “necesitan”. La penetración no es una necesidad sino un juego más
de los muchos que se pueden tener en pareja, el problema es que esa pornografía
solo muestra precisamente ese único juego y para nada los otros. Es una
reducción a la mínima expresión, más aún cuando ya todos sabemos que el 85% de
la población mundial femenina jamás tiene orgasmos con dicha práctica.
Algunos chicos u hombres se
consideran los culpables de la situación, muchos por “no saber hacerlo”, otros
por “me da miedo que le vaya a hacer daño”, otros porque “no apreté lo
suficiente”.
Todos estos razonamientos, unos mejores que otros, no son reales.
Todos estos razonamientos, unos mejores que otros, no son reales.
Cuando la musculatura de la
vagina se contrae de forma automática y sin control posible no hay forma de
conseguirlo y por más que el chico o ella lo intenten no se podrá. Así que, si
actualmente padeces de este trastorno, deja de intentarlo y ve al especialista.
El vaginismo es una contractura
involuntaria de los músculos que rodean a la vagina, están a un par de
centímetros de la entrada y se llama, el principal causante, músculo
pubococcígeo, aunque el resto de los músculos también contribuyen.
Esa contracción rara vez es de
causa orgánica, aunque evidentemente, hay que descartar que haya algún
problema, sobre todo porque es más fácil. Una ecografía desde el exterior nos
va dar bastante información de si hay o no alguna posibilidad de algo que
impida la penetración. Y si nos dicen que no tenemos nada extraño que nos lo
impida debemos acudir al sexólogo, que planteará un tratamiento que se llama de
Modificación de Conducta que tiene un altísimo índice de resultados (casi el
100%).
Las causas son muy diversas y nos
la voy a enumerar todas, pero van desde miedos o fobias infantiles o juveniles
a posibles embarazos, a ser mala hija, a no saber hacer…etc. a malas
experiencias sexuales juveniles, traumas, abusos, etc. Últimamente también se
barajan los ascos, es decir las ideas irracionales frente a los ascos, un
ejemplo de esto es la moda de la dictadura de la belleza de rasurar los pubis y
que no aparezca ni un pelo, ni una arruga, ni un labio mayor que otro, lo que
acaba produciendo, en la persona que si los tiene, una sensación de “soy un
monstruo de feria” que me acabo dando asco y no permito que un chico me vea o
me toque o cuando si me lo permito mi cuerpo reacciona de forma involuntaria
bloqueándome, impidiendo mi disfrute o como en este caso una contracción
involuntaria de la vagina.
En fin,existen mil y un motivos,
tantos como personas con esta disfunción, psicosomáticos la mayoría y que las
más de las veces no necesitan descubrir su verdadera causa, debido a que en
muchísimas ocasiones el motivo que lo causó quedó muy atrás en el tiempo, pero
en el momento que acuden a consulta ya lo que hay es una conducta completamente
centrada en la disfunción. En otras muchas ocasiones sí que hay que resolver
algún problema psíquico o psicosomático antiguo o actual, como ansiedades,
estrés, autoestimas muy bajas, esquemas corporales totalmente inaceptados, ideas
irracionales respecto a qué es el sexo y qué cosas son normales y cuáles no, etc…
pero que al final tendrán el mismo resultado, resolver la disfunción y que la
chica o la mujer se pueda considera a sí misma “normal”.
Si tenéis
alguna duda no dudéis más y consultarnos.
¿Qué es el vaginismo? (Vídeo)
www.sexologiapedrovillegas.com
www.sexologogranada.com
¿Qué es el vaginismo? (Vídeo)
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