Vosotr@s habéis hablado con vuestros votos y confirmado por mayoría absoluta con un 70% de las votaciones que mujeres y hombres somos igualmente sexuales, ni más ni menos.
Vamos a reflexionar sobre ello.
1. IGUALDAD SEXUAL.
Tenemos asumido el discurso de la igualdad entre mujeres y hombres y, aunque haya llegado un poco tarde, cuesta pensar o expresarse en sentido contrario. Un alivio y una alegría.
Yo pienso que mujeres y hombres somos prácticamente iguales en nuestra sexualidad: tenemos un cuerpo erótico con el que poder sentir y compartir placer, la respuesta sexual es similar en cuanto a la excitación sexual y la capacidad de orgasmo.
Evidentemente, la sexualidad es una dimensión de la persona que merece ser vivida y reconocida
con salud y plenitud por todas las personas.
2. TAMBIÉN HAY DIFERENCIAS DE GÉNERO
Vivimos en una sociedad muy sexista que separa a mujeres y hombres con los roles y la educación diferenciada en muchos aspectos de la vida, incluida la sexualidad.
Yo diría que, a pesar de la aceptación intelectual, todavía a nivel emocional y de comportamiento existen más dificultades reales para la aceptación de la sexualidad de las mujeres. Las mujeres son educadas en una cultura que la penaliza o culpabiliza por ser, sentir o expresarse sexualmente, fruto de un aprendizaje diferente de género.
Por tanto, queda camino que recorrer y romper el espejismo de una falsa igualdad que todavía estamos construyendo.
3. ¿ASIGNATURAS PENDIENTES?
Por causa de este aprendizaje diferenciado, quizás más hombres tenemos que reconocer que hemos desarrollado una sexualidad mucho más "ansiosa", centrada en lo genital, el coito y el orgasmo como objetivo final y que muchas mujeres, con una sexualidad más "corporal" o global, que abarca el placer de forma más general en todo el cuerpo e incorpora los juegos, caricias y disfrute como algo importante, valioso y erótico en sí mismo.
Suelo explicarlo como que hemos aprendido lecciones diferentes del mismo libro. Se trata entonces de seguir aprendiendo, con una mentalidad abierta y atreviéndonos a un diálogo sobre preferencias y gustos personales.
Varias personas han comentado, con mucha razón, que pueden existir diferencias mayores entre los mismos hombres o entre las mismas mujeres pues somos individuos diferenciados y, seguramente, aspectos como la edad, educación, experiencias de la vida y un largo etcétera van a provocar que cada persona sea diferente y única en la vivencia y expresión de su sexualidad.
4. LA CLAVE: COMUNICARSE MÁS Y MEJOR
Somos personas sexuadas desde que nacemos. Es importante conocerse y tener información. Muchos miedos, complejos corporales y confusión en torno de la sexualidad provienen de la falta de información objetiva y de compararnos con los demás.
Es muy importante la comunicación con personas de confianza, amigas o amigos con quien poder hablar y contrastar con sinceridad lo que sabemos y lo que nos falta por saber.
Y si se trata de una relación de pareja podemos aplicar un principio que no suele fallar:
"Soy expert@ en lo mío y novat@ en lo tuyo"
No importa que se sea más o menos experimentado/a pues con cada persona hay que descubrir las peculiaridades de cada cual. La peor actitud es la de quien cree que se lo sabe todo ¿Verdad?
5. RESPETARSE UN@ MISM@ Y A LOS DEMÁS.
Finalmente me gustaría recordar que es fundamental partir de una actitud de respeto absoluto, propio y hacia las demás personas.
Nunca forzarse o hacer cosas que te lleven al malestar. Las relaciones sexuales deberían ser un espacio de comunicación y de placer donde "jugar" sea la única actitud y el objetivo del momento.
Fuera obligaciones y fuera estereotipos. Dejar que el deseo propicie el momento y dejar que hablen los sentidos. Demasiadas personas están preocupadas en ese momento de "hacerlo bien", de "dar placer" a su pareja y eso nos despista del propio cuerpo y de las propias necesidades.
También hay que aprender a decir que "no" cuando algo no se desea o no se quiere hacer. Y atreverse a decir que "sí", a pedir lo que apetece y a vencer los pudores y vergüenzas que todavía arrastramos y nos pueden estar limitando.
Queda camino que recorrer, el discurso de la igualdad y la aceptación de las múltiples sexualidades va imponiéndose. Queda vivirlo y compartirlo