SEXUALIDAD HUMANA: CLAVES Y ESPEJISMOS.
(artículo publicado en revista Gansos Salvajes
www.gansossalvajes.com)
Llevo veinticinco años trabajando como psicólogo clínico especialista en Sexología. Me ha tocado vivir unas décadas de grandes cambios sociales en España que han afectado directa y profundamente la forma de entender las relaciones personales y de pareja, el papel de la mujer y del hombre en la vida y, por supuesto, la forma de vivenciar y expresar la sexualidad o sexualidades que, entiendo, todavía estamos construyendo en estos momentos.
En 1975 la OMS (Organización Mundial de la Salud) define, por primera vez, "SALUD SEXUAL" como la capacidad que tenemos las personas, desde que nacemos, mujeres y hombres, en todas las edades, la capacidad y necesidad de sentir, compartir y comunicar placer.
Por primera vez se separa sexualidad de reproducción y se habla y reconoce que somos personas sexuadas y que la sexualidad es una parte constitutiva de la persona que es necesario educar, desarrollar y potenciar para la salud integral de cada individuo.
También en los años setenta, aparte de llegar la democracia a España, legalizarse los anticonceptivos (era delito comprar preservativos), dejar de meter en la cárcel a personas homosexuales, y reconocerse la sexualidad en las mujeres gracias al movimiento feminista, ocurre algo importantísimo a nivel mundial en el ámbito científico que es la eliminación de lo que se consideraban hasta entonces dos terribles enfermedades mentales: la homosexualidad y la masturbación en la persona adulta.
Con estos datos quiero plantear que somos herederas y herederos de unos tiempos muy oscuros y recientes respecto a la represión de la sexualidad humana. En apenas cinco décadas y a pesar de haber entrado en el siglo XXI, todavía existe mucha confusión, falta de información, miedos y vergüenzas en torno del sexo que luego nos dificultan unas relaciones sexuales placenteras y satisfactorias.
Parece que haya libertad y naturalidad pero sigue costando aceptar la sexualidad con normalidad y como una parte importante y positiva de la persona. Diría que lo aceptamos intelectualmente (con la "cabeza" ) pero visceralmente seguimos en el tabú del sexo, sin atrevernos a pedir lo que realmente deseamos, sin atrevernos a salir del modelo sexual centrado en la penetración como algo obligatorio y dejamos de lado la potencialidad y capacidad de sentir con todo nuestro cuerpo, el placer de los sentidos, las caricias y los juegos eróticos, para reducirnos al modelo "reproductor" de siempre.
Parece que muchas personas vayan "a la cama" a competir, a lograr orgasmos, con la angustia de no dar la talla, más que a una oportunidad de jugar eróticamente y disfrutar de un momento divertido y placentero. Los medios de comunicación, especialmente el cine, transmiten un modelo sexual breve, rápido y directo al coito y con el orgasmo como objetivo primordial. Y la sexualidad humana es mucho más que esto.
La igualdad sexual entre mujeres y hombres hacen que ellos se angustien sobre cómo satisfacerlas (en relaciones heterosexuales) pero siguen sin preguntar y sin aceptar que haya maneras diferentes de compartir el sexo. Y muchas mujeres se han sumado a la carrera por el orgasmo.
Tenemos por delante el reto de creernos la definición de la OMS de persona sexuada y de salud sexual y lograr integrarlo en nuestra vida como algo positivo, natural y satisfactorio.
Y sólo tenemos una vida.
Aprovechémosla.
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