“Todos los hombres, en algún momento de sus vidas, experimentan de forma obligada
algún episodio o episodios de fallo en la erección.
Dependiendo de cómo lo vivan, de la información de que dispongan
y de su propia actitud hacia el sexo, podrá significar una posibilidad de aprender
o un camino al infierno”
(Sexualidad Masculina: ¿Hombres o Titanes
Fernando Villadangos)
Los trastornos de la erección son aquellos que, por alguna causa, interfieren en el desarrollo de la fase de excitación, interrumpiendo la respuesta sexual.
Se caracteriza por la pérdida de la erección, comúnmente conocido como “gatillazo” o por la pérdida parcial de la misma una vez conseguida.
Muchos autores han estudiado este grupo de dificultades sexuales centradas en los problemas de erección. Así, Masters y Johnson hablan de “impotencia” (concepto que ya no se utiliza en la actualidad) o, más recientemente, Kaplan, lo menciona como “disfunción erectiva” definiéndolo como un bloqueo de los mecanismos de la erección por causas psicológicas, sobre todo por la angustia y el miedo al fracaso en la relación sexual.
Los problemas de erección pueden deberse a factores físicos o psicológicos, siendo las causas, en un inmensa mayoría, de tipo psicológico. Cuando un hombre sufre un episodio de “fallo” de su erección teme volver a repetirlo y esta angustia bloquea los mecanismos de su respuesta sexual.
Si un hombre consigue una erección en su masturbación será un indicador de que no tiene causa física u orgánica y que debería acudir a la consulta sexológica para solucionar este problema.
En la mayoría de los casos no estará afectado el deseo sexual o ganas de mantener relaciones sexuales en un primer momento. Si no se atiende este problema, muchos hombres empezarán a evitar o esquivar las relaciones sexuales con lo que se agravará el problema al aumentar la ansiedad y el miedo a “no funcionar bien” nuevamente.
También puede darse el caso de que un hombre, en esta situación, acabe llegando a su orgasmo y eyaculando con una erección pequeña con lo que su confusión sobre lo que está sucediendo aumentará.
Por tanto, la causa principal de los trastornos de la erección es la ansiedad, que puede afectar de distintas maneras: algunos hombres no pueden alcanzar la erección durante las fases anteriores al coito; otros alcanzan fácilmente la erección pero la pierden en el momento de la penetración, otros inmediatamente después de ella.
Esto es debido a la angustia o ansiedad grave que se activa ante la inminencia del coito y la idea de “fallar” en ese momento. Esta ansiedad se puede concretar en miedo al fracaso sexual o a la repetición de una experiencia sexual frustrante, aunque pueden existir otros factores como la falta de estimulación adecuada, la excesiva pasividad de la pareja, la monotonía en los juegos eróticos, etc.
Puede ser recomendable realizar una revisión médica que pueda detectar y, en la mayoría de los casos, descartar la causa orgánica.
Cuando el examen físico no encuentra causa metabólica, neurológica o vascular se determinará que el origen es psicológico y es necesaria la terapia sexual por un especialista no médico que sabrá atenderle de forma personalizada y adecuada a sus circunstancias específicas y que, normalmente, son muy eficaces.
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