5 nombres de mujer
“Socorro, tantos dolores y angustias en
mi soledad,
que me olvido de vivir”
El
propio nombre nos identifica y es la palabra que en más ocasiones vamos a
escuchar a lo largo de nuestra vida. Por tanto es algo muy importante en la
base de la identidad y la autoestima personal.
No
deja de sorprenderme algo que todavía sucede con algunos nombres de mujer en
nuestra cultura y es la existencia de algunos muy apreciados y celebrados con
un componente claramente negativo.
La
frase que abre este documento incluye, por ejemplo, cinco nombres habituales de
mujer que todas y todos conocemos con seguridad.
Y
es algo que NO sucede con los nombres asignados a los hombres. De ésta nos
libramos, aunque podamos participar, de forma cómplice, en esta extraña conspiración
social.
Llamar
a una mujer “Socorro” puede parecer una broma o quizás el reflejo de una
sociedad sexista que avisa del destino y las condiciones de vida de las
mujeres. Este año han sido asesinadas 50 mujeres en España a manos de sus parejas
o exparejas sentimentales. A manos de hombres que decían quererlas (¡?).
Mujeres
que ya no podrán pedir “socorro”. Mujeres que han atravesado, con toda
seguridad, por mares de “angustias” y “dolores”. Y, quizás, mujeres víctimas
también del “olvido” e incomprensión de familiares y amigos cercanos. Mujeres
atrapadas en la “soledad” ficticia que un maltratador se encarga de entretejer
a su alrededor para que resulte aún más difícil a su víctima pensar en recibir
ayuda alguna.
Quería
reflexionar especialmente sobre un hecho importante a la hora de poder ayudar a
salir a una mujer del círculo del maltrato. Y es la importancia de romper su círculo de “soledad”.
En
mi experiencia profesional puedo constatar que la ayuda y el apoyo emocional,
el acompañamiento y la comprensión afectiva de las personas que la rodean son
fundamentales para que una mujer se aleje definitivamente de un hombre que la
maltrata…. o para que vuelva con el, en el peor de los casos, cuando falla esta
red afectiva.
La RED AFECTIVA es fundamental para que una mujer sienta que no está
sola y va a ser sostenida en el difícil proceso emocional y psicológico de
reconstrucción de su vida.
Comprender
incluso sus propias contradicciones y dudas, sus miedos que rayan en el pánico
en tantas ocasiones, temores y necesidades contradictorias en ocasiones,
necesidad de estar sola o de sentir que hay alguien cerca las 24 horas, alguien
disponible, accesible, que va a responder y acudir en su ayuda cuando sea
necesario.
Erradiquemos
entonces esta soledad y abramos un
camino a una mejor comprensión de esta realidad y, por supuesto, también a la esperanza, otro bonito y positivo nombre
de mujer. Y a la libertad.